La apuesta de Smith es un planteamiento teológico y filosófico formulado por el filósofo objetivista George H. Smith en su libro de 1979 Atheism: The Case Against God (Ateísmo: el caso contra Dios), que estructura una serie argumentativa en contestación a la apuesta de Pascal, basándose en los trabajos de Ayn Rand y Nathaniel Branden.
La apuesta de Smith hace uso de la lógica, razón y sentido común, ostentando valiosas razones para rechazar cualquier creencia teísta. Además, se basa en los principios de honestidad y moralidad tanto del hombre como de la deidad, suponiendo que ésta exista.
En 1670 el teólogo y filósofo Blaise Pascal planteó en un fragmento de su clásica obra Pensamientos la conveniencia de creer en Dios. Si éste existía, el creyente ganaba el paraíso mientras que el ateo iba al infierno, según Smith. Si Dios no existía, nada sucedía. Era un modo de apuesta segura. Es lo que se diera luego en llamar la "Apuesta de Pascal", debatida hasta hoy día.
George Smith argumenta en forma contraria a Pascal, recogiendo y resumiendo algunas de las críticas que a lo largo de los tres siglos de existencia de la "apuesta" se han formulado y las condensa en una sola argumentación. En términos generales, la Apuesta de Smith es similar a la Apuesta del ateo pero con importantes diferencias.
La apuesta de Smith se estructura de acuerdo a cuatro posibilidades, a saber de la siguiente forma:
1) Dios no existe. En este caso, los ateos estarían en lo correcto, por lo tanto serían los creyentes los que habrían perdido gran parte de sus vidas y de sus esfuerzos en agradar a un ser inexistente.
2) Dios es un ser impersonal (deísmo). Dios creó el Universo y luego lo dejó a su suerte, sin intervenir en él. En este caso, ni el ateo ni el creyente tienen razones para preocuparse, pues este Dios ni premia ni castiga. En dado caso, aún los perdedores continuarían siendo los creyentes, pues habrían perdido gran parte de su esfuerzo vital en adorar a un Dios que no les escucha ni les presta atención alguna.
3) Dios existe y es un ser moralmente elevado. En este caso, Dios no podría castigar a ningún ser humano que cometiera errores de conciencia honestos. Si la razón es la que hace llegar a la conclusión al hombre que Dios no existe, este no debería tomar represalias contra él. De hecho, quien más preocupado debería estar es el creyente, pues la lógica en términos básicos debería llevar al ateísmo, por lo cual la creencia ciega y deshonesta en Dios sería para Él un gran pecado.
4) El Dios de los cristianos es el correcto, con su actuación moral y éticamente reprobable, que castiga a todo aquel que se atreve a dudar de Él, aunque esta duda esté basada en la lógica y la razón. Así, la vida de cada persona no sería importante, sino la simple adhesión a la creencia de Dios sea esta por razones honestas (escasamente hay quienes creen en dios como consecuencia del razonamiento y la meditación profunda en ese aspecto) o deshonesta (la mayoría, según Smith, lo hacen por la apuesta segura, por temor al infierno o por simple herencia cultural). Sin embargo, este Dios reprobable desde el punto de vista moral, podría fácilmente también convertirse en un Dios traicionero respecto a los cristianos pues, suponiendo que este disfrutara de alguna forma con el sufrimiento humano y no importaran para él las virtudes humanas, no habría en tal caso ningún impedimento para suponer que también lanzara a los cristianos al infierno, ya que para una mente inmoral la traición puede convertirse en un elemento de diversión.
Junto con la mencionada apuesta de Smith, George H. Smith había cerrado una conferencia grabada y un discurso posterior entregados en 1976 a la Sociedad de Separatistas. La transcripción de aquel discurso:
"Como un argumento final o sátira de un argumento, usted puede haber oído de la apuesta de Pascal en algún momento. Blaise Pascal fue el famoso matemático francés, filósofo y teólogo. Él surgió con este argumento que consecuentemente se hizo muy famoso, que fue algo así. La razón no puede probar o refutar la existencia de Dios. Pese a las probabilidades. Si el ateo está en lo correcto, vamos a morir, no pasará nada, y nada se pierde. Pero si el cristiano está en lo correcto, los no creyentes van al infierno por toda la eternidad. Así que parece que las posibilidades prácticas se encontrarían con el cristianismo. Nos apostamos en el cristianismo porque las probabilidades prácticas son muy importantes. Si usted apuesta en el cristianismo y no hay dios, no se pierde nada.
El primer problema obvio de esto es que completamente empuja a un lado toda la cuestión de la integridad intelectual, como si usted solamente pudiera hacer un completo giro en sus creencias de cualquier manera sin sufrir cualquier daño psicológico, lo cual simplemente no es posible. Se requeriría un bruto aborto de la integridad intelectual para hacer este tipo de cosas que es inconcebible que alguien con la clase de mente de Pascal siquiera lo ofreciera.
Pero yo quiero ofrecer una especie de contra-apuesta, llamada "la apuesta de Smith". Estas son las premisas de mi apuesta:
1. La existencia de un dios, si hemos de creer en él, sólo puede establecerse a través de la razón.
2. Aplicando los cánones del correcto razonamiento a la creencia teísta, debemos llegar a la conclusión de que el teísmo es infundado y debe ser desestimado por las personas racionales.
Ahora viene la pregunta: "¿Pero qué si la razón está mal en este caso?", que a veces es. Somos seres humanos falibles. Y si resulta que hay un dios cristiano y él está ahí arriba y Él nos va a castigar por toda la eternidad por no creer en él. Aquí es donde entra mi apuesta. Supongamos que usted es un ateo. ¿Cuáles son las posibilidades? La primera posibilidad es que no hay dios, tienes razón. En ese caso, te vas a morir, eso será, no has perdido nada, y tú has vivido una vida feliz con la posición correcta. En segundo lugar, un dios puede existir pero puede que él no esté concernido con los asuntos humanos. Él puede ser el dios del deísmo tradicional. Él puede haber comenzado el universo y lo dejó a sus dispositivos tradicionales, en cuyo caso usted simplemente muere, eso es todo lo que hay, otra vez, tú no has perdido nada.
Supongamos que Dios existe y que Él se ocupa de los asuntos humanos - Es un dios personal -, pero Él es un dios justo. Él está preocupado por la justicia. Si usted tiene un dios justo, él no podría castigar a un error honesto de creencia donde no hay depravación moral o no hay delito en cuestión. Si este dios es un dios creador y Él nos dio la razón como el instrumento básico para la comprensión de nuestro mundo, entonces Él se enorgullece en el uso consciente y escrupuloso de la razón por parte de sus criaturas, incluso si se cometen errores de vez en cuando, de la misma forma en que un padre benevolente estaría orgulloso de los logros de su hijo, incluso si el hijo cometió errores de vez en cuando. Por lo tanto, si existe un dios justo, no tenemos absolutamente nada que temer de tal dios. Este dios no podría concebiblemente castigarnos por un error honesto de creencia.
Ahora llegamos a la última posibilidad. Supongamos que existe un dios injusto, específicamente el dios del cristianismo, que le importa un bledo la justicia y que nos va a quemar en el infierno, independientemente de que hiciéramos errores honestos o no. Este dios es necesariamente injusto, porque no hay injusticia más atroz que podríamos concebir, que castigar a una persona por un error honesto de creencia, cuando ha intentado en lo mejor de su capacidad determinar la verdad. El cristiano piensa que está en una mejor posición en caso de que exista este tipo de dios. Deseo señalar que él no está en ninguna mejor posición que nosotros porque tiene un dios injusto. El destinar a la injusticia es un comportamiento sin principios, un comportamiento que no es predecible. Si hay un dios injusto y Él realmente obtiene todo este regocijo de la quema de los pecadores e incrédulos, ¿Entonces qué podría darle más regocijo que decirle a los cristianos que ellos estarían salvados, sólo para cambiar y quemarlos de todos modos, por el placer de hacerlo, sólo porque lo disfruta? Si tienes un dios injusto, ¿Qué peor injusticia puede haber que eso? No es tan descabellado. Si un dios está dispuesto a castigarte simplemente por un error honesto de la creencia, no puedes creer que Él va a mantener su palabra cuando Él te dice que no te va a castigar si no crees en Él porque Él tiene que tener un rasgo sádico para empezar. Ciertamente Él conseguiría un poco de regocijo de este comportamiento. Incluso si existe este dios injusto, entonces reconocidamente vivimos en un universo de pesadillas, pero no estamos en una peor situación que en la que está el cristiano.
De nuevo, si usted va a hacer la apuesta, usted también podría apostar por lo que su razón le dice, que el ateísmo es lo correcto, y vaya por ese camino porque usted no será capaz de hacer algo acerca de un dios injusto de todos modos, incluso si aceptas el cristianismo. Mi apuesta dice que usted debe en todos los casos apostar por la razón y aceptar la consecuencia lógica, que en este caso es el ateísmo. Si no hay Dios, estás en lo correcto, si hay un dios indiferente, no sufrirás, si hay un Dios justo, tú no tienes nada que temer de la utilización honesta de su razón, y si hay un dios injusto, hay mucho que temer, pero también lo hace el cristiano.
Volvemos por completo a nuestro punto original de partida, que el ateísmo debe considerarse siempre en el contexto más amplio del respeto a la razón y el respeto a la verdad. Pienso que, como ateos, cuando intentas comunicar el mensaje ateo este es el punto central que debes recalcar una y otra vez."
Dadas todas estas argumentaciones, según Smith más sólidas que la apuesta de Pascal desde el punto de vista de la lógica, Smith invita a rechazar la renuncia a la razón que supone necesaria Pascal y predice que, basada en esa lógica, la conclusión más honesta en la que puede desembocar el hombre es en el ateísmo.